¡Hola, 2016!

Yo mera

Otro año que se va. Otro año que empieza, nuevas metas, más oportunidades, nuevas experiencias y esa emocionante sensación de un nuevo comienzo. Borrón y cuenta nueva.

“Ahora sí voy a bajar de peso”, “Este año salgo, aunque sea en rifa”, “Ya no voy a ser tan grosera”.

Propósitos que vienen y propósitos que van. Será que para mi, éstas fechas siempre han sido algo vagas, ya que no solemos celebrar mucho en familia (sólo algo sencillo, un abrazo y a la cama), lo cierto es que los tradicionales “propósitos de año nuevo” que vienen con las uvas y las 12 campanadas, hasta apenas lo viví éste año y para que les digo que no si, si, pues me hice de unos propósitos. La verdad es que ni los conté y desde luego tampoco lo hice al compás del repique campanario, ya que de lo contrario estaría muerta por asfixia con una uva atravesada en el pescuezo.

De hecho, éstos propósitos vinieron semanas antes de año nuevo, justo cuando pensaba en todo lo que me había regalado el 2015. Fue un año incierto para mi, con una carga emocional muy fuerte. Sigue leyendo

Aprendiendo a Soltar

Como-aprender-a-dejar-ir-a-las-personas

Creo que dejar ir a una persona, es la forma más hermosa de amar a alguien. Implica soltar tu egoísmo y desear la felicidad de la otra persona, antes que la tuya.

Yo soy nueva en esto de soltar. He leído que se debe de hacer con mucho amor. Sin enojos, sin rencores, sin esperar nada a cambio, pero sobre todo sin esperar que regrese.

Esa típica frase de si tienes un amor déjalo ir, si regresa es tuyo, si no lo hace es que nunca lo fue, creo que es una trampa.

No sueltas a nadie, esperando que regrese, porque entonces no lo estás haciendo por amor, lo estás haciendo para probarlo, lo estás haciendo para que vea “de lo que se perdió” y a final de cuentas es una manera hipócrita de disfrazar un acto tan hermoso y desinteresado.

Difícil es tomar la decisión de decirlo, pero lo verdaderamente complicado viene después, Sigue leyendo