La historia de Esteban y Ruth, una historia de todos

Dialogos-de-una-gorda-No-hacer-nada

Por lo regular no me gusta escribir acerca de otras personas, pero creo que este evento lo amerita, ya que me puso a pensar en una situación, por la que llegamos a pasar la mayoría de nosotros.

Hace algunas semanas, me encontré en una reunión a un amigo, él iba de salida y yo apenas iba arribando, me lo topé casi de frente y de entrada, no lo reconocí, estaba más delgado, un poco ojeroso y a decir verdad lucía un poco enfermo. Tal vez un resfriado común. El iba tan deprisa que en lo que reaccioné ya se había ido. Hace unos momentos, me lo volví a encontrar y recién acabo de hablar con él. Ésta vez lucía mucho mejor, definitivamente le sentaba bien esos kilos de menos y su semblante se veía menos enfermo que la anterior vez. Ahora sí que pudimos hablar.

-¿Cómo estás? Hace tiempo que no hablamos- le pregunté

-Pues….las cosas han ido mejorando. Si me hubieras visto hace un par de semanas, te hubieras asustado un poco.- me dijo esbozando una pequeña mueca, que quise interpretar como una sonrisa.

– De hecho, si lo hice. Te ví en la reunión de Claudia. ¿Cómo está Ruth?.- Ruth y Esteban eran esa clase de novios que existen en todos los grupos de amigos, llevaban 5 años juntos, todos esperábamos que eso terminara en boda, los dos eran apuestos, en las reuniones siempre estaban juntos, se daban detalles todo el tiempo, en fín, eran de esas parejas que dan envidia a todo el mundo. Ver a Esteban sin Ruth o a Ruth sin Esteban, era como comer tacos sin limón. Tal vez, fue por eso que no me imaginé el impacto de mi pregunta. Inmediatamente se le rozaron los ojos y yo angustiada, no sabía dónde meter la cabeza.

-Ruth y yo ya no estamos juntos.- me dijo bajando la mirada.

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Aprendiendo a Soltar

Como-aprender-a-dejar-ir-a-las-personas

Creo que dejar ir a una persona, es la forma más hermosa de amar a alguien. Implica soltar tu egoísmo y desear la felicidad de la otra persona, antes que la tuya.

Yo soy nueva en esto de soltar. He leído que se debe de hacer con mucho amor. Sin enojos, sin rencores, sin esperar nada a cambio, pero sobre todo sin esperar que regrese.

Esa típica frase de si tienes un amor déjalo ir, si regresa es tuyo, si no lo hace es que nunca lo fue, creo que es una trampa.

No sueltas a nadie, esperando que regrese, porque entonces no lo estás haciendo por amor, lo estás haciendo para probarlo, lo estás haciendo para que vea “de lo que se perdió” y a final de cuentas es una manera hipócrita de disfrazar un acto tan hermoso y desinteresado.

Difícil es tomar la decisión de decirlo, pero lo verdaderamente complicado viene después, Sigue leyendo